Lo que vieron los testigos

Por Héctor Rivara

El mineralólogo Leonid Andreiyevitch Kulik, fue el primer científico que se interesó por encontrar respuestas para los eventos relatados en las crónicas, y, aunque habían pasado ya trece años, decidió preparar en el invierno de 1921 una expedición para investigar. La misma estuvo lista y llegó a Tunguska en febrero de 1922. y allí recogió testimonios aun vividos que aquí publicamos.

La zona de Tunguska estaba y sigue estando habitada por los tunguses (hoy conocidos como evenks) autóctonos del lugar y por colonos rusos. Ese día y a esa hora, aproximadamente 900 personas de ambos grupos étnicos observaron, desde las montañas junto al Lago Baikal, una gran columna de fuego azulado, casi tan brillante como el Sol, que se desplazaba rápidamente a través del cielo diurno. Uno de estos testigos, que se encontraba en un bosque a 6 kilómetros de Kirensk, dice haber escuchado un estruendo como de cañoneo, que se repitió al menos 10 veces a intervalos de 15 minutos. Los vidrios de toda la ciudad de Kirensk se destrozaron: "Los campesinos vimos pasar una luna muy alargada de un color blanco azulado hacia el noroeste, bastante alto sobre el horizonte y muy brillante, tanto, que era imposible mirarlo directamente. Parecía una columna redonda, una especie de tubo. El cielo estaba despejado, y solo se veía una pequeña nube en dirección al objeto. El tiempo era caluroso y seco. A medida que el objeto se acercaba al suelo, en el bosque, comenzó a difuminarse y a borrarse, para convertirse en una gigantesca columna de humo negro. Entonces se escuchó un horrísono golpe, muy diferente de un trueno, como si cayeran grandes piedras. Los edificios se sacudieron. Al mismo tiempo, la nube emitió llamaradas de fuego, mientras los aldeanos daban muestras de pánico y corrían por las calles. Las mujeres gritaban, pensando que había llegado el fin del mundo".

Otro testimonio Informe 786 – 1946 (obtenido de archivos – URSS – data de 1924).dice:

"En lo lejos y arriba se formo una nube como un huevo, era como un huevo y una nube, se hizo grande como los dibujos de tirar una piedra en el agua, y lleno todo el cielo, en el centro del huevo apareció una estrella gigante, que brillaba mas y mas fuerte hasta que no la podía mirar mas, hasta que en el centro se hizo un remolino, como el que se forma al vaciar un piletón pero negro como la misma noche, pero hacia arriba, y luego desde ese remolino cayeron estrellas en forma de agujas que después se hacían ruedas sin rayos, como ruedas de carros, pero brillantes y con colores que nunca había visto, como pájaros que se buscan salieron en bandadas pero parecían las estrellas que caen, un viento fuerte comenzó a soplar, el hueco de la nube se cerro mientras se hacía una luz mas fuerte y caliente que el sol, hasta aquí el silencio era mucho, pero se empezó a escuchar como si rompieran copas en las fiestas de ricos, pero de a muchas muchas copas y gritos que yo no entendía lo que decían, el ruido era tan grande que me dolían los oídos, el cielo se lleno de rayos y relámpagos que nunca había visto, los rayos eran tan gruesos como cuatro hombres tomados de sus manos, la tierra se movía, allá debajo de la nube se formo una montaña alta que daba vueltas y los árboles se deshacían como si fueran hechos de agua, la luz del centro se hinchó como una gran vejiga que llegaba hasta el suelo, me tire de cabeza al pozo que cavaba desde hace dos días, arriba se hizo un relámpago muy fuerte y que duro mucho tiempo, después hizo un ¡bum! Y todo termino, luz, rayos, nube, todo, allá se podía ver un gran incendio, no podía respirar, salí y camine en contra donde había estado la nube durante dos días sin noche, y todo lo que se veía estaba igual de destruido. Nunca pude entender lo que sucedió, ni tampoco regrese a Tunguska". 



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